miércoles, 3 de diciembre de 2008

El ex numerario del Opus Sopena da la batalla contra los símbolos religiosos

¡Quién le ha visto y quién le ve! Enric Sopena, ex numerario del Opus Dei y marido de la hija de un periodista franquista, se ha puesto a la cabeza de la nueva batalla del Gobierno socialista: la guerra a la Cruz Cristiana. El periodista adepto se frota las manos con la sentencia que obliga a retirar los crucifijos de las escuelas. Él, a sueldo fijo, con la causa que haga falta.

Enric Sopena junto a María Antonia Iglesias son los más conocidos propagandistas socialistas, que han rendido y rinden grandes servicios al PSOE, tanto en la época del felipismo como ahora en el zapaterismo. Y siempre, ambos, bien cuidados y ellos, a su vez, sabiendo cuidar la mano que les da de comer.

Sopena tiene dos obsesiones: la derecha y la Iglesia Católica. Crecido en las entrañas de esta Iglesia, Enric Sopena "militó" como numerario en el Opus Dei, muestra ahora una especial inquina contra la organización religiosa. Sin ir más lejos, su diario de Internet dedica día sí y día también artículos difamatorios contra la Iglesia y su jerarquía, incluso es capaz de darle aire a una nada representativa organización como es la FIdA, Federación Internacional de Ateos, sin con eso consigue dar publicidad a cualquier noticia anti-Iglesia.

Según recoge El Plural, "la Federación Internacional de Ateos (FIdA) ha acogido de manera positiva la sentencia para retirar de un colegio público de Valladolid los crucifijos y, apoyándose en esta decisión judicial, ha decidido iniciar una campaña de denuncia contra los símbolos religiosos de los lugares públicos. La organización propone enviar reclamaciones administrativas a todos los lugares públicos en los que haya crucifijos u otros signos confesionales pidiendo que sean retirados".

Y por si alquien no se ha enterado de lo que tiene que hacer:

Según la federación, la llegada masiva de este tipo de reclamaciones, acompañadas de fotografías de los lugares, “alentarían el debate a escala nacional y autonómica” generando reacciones “de los políticos y del clero” que llevarían a la sociedad a plantearse “que eso a lo que estamos acostumbrados no es normal”. “Tenemos que dar la batalla por desalojar a las confesiones del espacio público, si queremos que esto algún día no muy lejano llegue a ser de verdad una sociedad laica”, defienden en su web.

¿Un ex numerario del Opus Dei resentido?

Fuente: Periodista Digital, 03.12.08.

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